Un argentino tiene que sacrificar un 22,5% de otros gastos para comprar los mismos alimentos que en 2017

El rubro se ha encarecido relativamente al resto en los últimos 72 meses, lo que lleva a las personas a tener que destinar una mayor parte de su sueldo para adquirir los mismos productos.
Un argentino promedio debe destinar, en la actualidad, un 22,5% más de otros bienes y servicios para comprar los mismos alimentos y bebidas sin alcohol, el rubro más afectado por la inflación durante el año pasado, que en 2017.
Así surge del Monitor de Precios Relativos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), entidad presidida por el Doctor en Economía, Nadim Argañaraz, utilizando como base el IPC a nivel general de diciembre del 2017 y segmentándola por división.
Según se puede vislumbrar en un cuadro, el de los alimentos y las bebidas no alcohólicas es el aspecto que más sufrió el peso de la suba de precios durante los recientes 72 meses, colocándose ampliamente por arriba en la tabla por primera vez en el registro histórico, si desglosamos año por año.
Por su parte, Equipamiento y mantenimiento del hogar son los bienes que más han aumentado su precio relativo, durante los últimos seis años, después de la relacionada a la dieta diaria de los argentinos. En la actualidad, hay que destinar un 14,6% más de otros bienes y servicios que lo que se destinaba para comprar lo mismo, en este aspecto, en el pasado.
El resto de los rubros han aumentado su precio relativo son, en orden decreciente, Prendas de Vestir y Calzado (11,9%), Salud (11,6%) y Restaurantes y hoteles (10,8%).
En el extremo opuesto se ubica el componente que, entre otros, contiene a los servicios públicos a la vivienda, que integra a energía eléctrica, gas y agua, que pasó de un precio relativo de 100% en diciembre de 2017 a uno de 48,6% en diciembre de 2023, a partir, entre otras, de la fuerte intervención por parte del Estado Nacional en estos aspectos esenciales.