(El Bananal),- Jóvenes de los Pueblos Kolla y Guaraní desarrollan emprendimientos turísticos sustentables en pos de la conservación del yaguareté y la biodiversidad.
En el marco del Día Internacional de la Diversidad Biológica, la Secretaría de Pueblos Indígenas reivindica la cosmovisión y el papel que históricamente desarrollaron los pueblos indígenas en la protección del ambiente y la importancia de continuar promoviendo en las juventudes el protagonismo en el cuidado del Kaa y de la Pachamama, tal como lo hacen jóvenes de comunidades aborígenes de Valle Colorado y El Bananal emprendiendo proyectos de turismo de naturaleza orientados a la conservación del yaguareté con el apoyo de la Fundación Biodiversidad Argentina.
Un grupo de más de treinta jóvenes de los Pueblos Kolla y Guaraní pertenecientes a comunidades aborígenes de El Bananal y Valle Colorado se encuentran desarrollando emprendimientos turísticos sustentables como parte de una capacitación en Anfitrión Turístico Local con Orientación en Turismo de Naturaleza. Tal capacitación surge de un proyecto de conservación del yaguareté ejecutado por la Fundación Biodiversidad Argentina con fondos del Programa Pequeñas Donaciones del Fondo Mundial para el Medio Ambiente.
La implementación de la capacitación cuenta con el acompañamiento del Ministerio de Cultura y Turismo, del Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ), del Municipio de Yuto, de la Fundación Fructuoso López, de la Comunidad Aborigen APG El Bananal, de la Comisión Municipal de Valle Colorado, así como también de mburuvichas y comunero de las respectivas comunidades y del Ministerio de Desarrollo Humano, a través de la Secretaría de Pueblos Indígenas, que busca promover en las juventudes acciones protagónicas en el cuidado del equilibrio en la diversidad biológica de la flora y fauna en los territorios de las comunidades aborígenes, como lo hicieron las y los ancestros con los animales con fuerte representación en la cosmovisión indígena y con las plantas con las que practicaban la medicina ancestral.
El motivo por el cual la Fundación Biodiversidad Argentina se encuentra trabajando con jóvenes aborígenes de esas dos comunidades, es porque tanto El Bananal como Valle Colorado se encuentran en la zona sur del Corredor Calilegua-Baritú, lugar hábitat del yaguareté, que se encuentra en peligro de extinción, donde a veces tiene contacto con los pobladores en el desarrollo de su actividad rural. En Argentina actualmente sólo habita en tres subpoblaciones (yungas, chaco y selva misionera), y en las yungas salto-jujeñas se encuentra la mayor subpoblación con estimación de tamaño poblacional de ciento cincuenta ejemplares, lo que señala que está en una situación crítica ya que representa un número muy bajo para una especie tan grande que requiere amplios territorios para poder sobrevivir.
En el día de la Diversidad Biológica resulta fundamental entender que el yaguareté es una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita, ya que al ser un superpredador regula las poblaciones de las especies que captura como presa. En tanto que para los pueblos indígenas, el yaguar (fiera en Guaraní) o uturunku (en Quechua) es un animal sagrado protector de la espiritualidad y guardián del kaa (monte) que convive en equilibrio con las prácticas de los pueblos.
Al respecto, Carlos Trucco, biólogo de la Fundación Biodiversidad, explicó que la capacitación surgió como resultado de buscar alternativas productivas para la gente que habita en la zona del corredor, armonizando la actividad económica con la conservación de la naturaleza y compatibilizando la conservación con el desarrollo local. “En este caso, por las características de la selva y del entorno a estas comunidades hemos decidido que una alternativa muy viable era la actividad turística concebida como turismo rural comunitario gestado y pensado desde la comunidad y gestionado en forma conjunta, en el marco del respeto que tienen las comunidades hacia la naturaleza”, señaló.
“Las y los jóvenes capacitados podrán emprender proyectos de turismo sustentable -continuó Trucco-, y así ser divulgadores del cuidado hacia la naturaleza a través de su actividad como Anfitriones de Turismo ya que una de las principales amenazas que tiene el yaguareté actualmente es la pérdida de hábitat; y creemos que a partir de la revalorización del monte por parte de los/as jóvenes va a permitir que la pérdida de hábitat disminuya a mediano plazo y eso favorezca la merma del acelerado deterioro de la población del felino”.
Por último, respecto a la decisión de trabajar con jóvenes comunidades aborígenes, Trucco consideró que “las comunidades indígenas tienen un vínculo muy fuerte con la naturaleza por una dependencia espiritual con el medio ambiente; es muy importante el rol que ellas juegan por ese vínculo” que fortalece la biodiversidad.
Por su parte, Soledad De Bustos, a cargo de la administración de la Reserva Privada El Pantanoso, que se encuentra a 20 km. de El Bananal, puntualizó que la Fundación Biodiversidad está enfocada en conservar la vida silvestre de la naturaleza, preocupada por la situación del peligro crítico de extinción del yaguareté, por lo que se diseñó esta capacitación que brinda el protagonismo a las juventudes, siendo la primera que se implementa en el NOA.
Contextualizando, De Bustos detalló “desde la Fundación Biodiversidad aplicamos a un financiamiento del Fondo Mundial para el Medioambiente, que financia proyectos con el foco puesto en el yaguareté, así que pensamos en armar el relevamiento poblacional del yaguareté en las yungas por un lado, y por el otro, trabajar con estas dos comunidades locales que están en contacto con la especie y darles una alternativa de beneficiarse de la naturaleza que les rodea, incluido el yaguareté; donde sumamos al Ministerio de Cultura y Turismo que nos brindó el apoyo pleno al proyecto y a la Secretaría de Pueblos Indígenas que se hizo cargo de un módulo poniendo en valor la cultura de cada una de las comunidades con las que vamos a trabajar”.
En referencia a la importancia del felino para la biodiversidad, la bióloga precisó que “el yaguareté es un depredador tope que regula la abundancia de las especies presa; si desaparece el yaguareté se produce un desequilibrio en el Ecosistema que directamente nos afecta como seres humanos; por lo que nuestra idea es conservar tanto al depredador tope como las especies intermedias y al bosque que brinda el hábitat para que estas especies sobrevivan”.
“Aunque el yaguareté suele ser una especie muy temida por la gente, para los guaraníes es muy respetada; pero por miedo algunas personas lo cazan o porque depreda el ganado y sumado a la pérdida de hábitat, esa es la principal amenaza que está sufriendo a lo largo de toda su distribución”, indicó De Bustos y concluyó afirmando que “nuestro trabajo como biólogos/as en la conservación es enfocarnos en los pocos que quedan en las yungas”.