El precio del limón, por las nubes: por qué aumentó casi un 93 por ciento en un mes
El cítrico se vio encarecido por una caída de casi el 50% en la producción nacional. Se prevé que la situación se normalice recién a mediados de febrero.
En el lapso de un mes el precio del limón pasó de $130 a $250 el kilo en las verdulerías. Según la Federación Argentina del Citrus (Federcitrus), los factores que impulsaron la suba en el precio del cítrico fue una caída cercana al 50% en la producción nacional que persistirá, al menos, hasta mediados de febrero. Para poder abastecer la demanda, los distribuidores tuvieron que importar cítricos desde España.
En los últimos meses, los productores del NOA y NEA sufrieron una merma en los cultivos de limones, naranjas, mandarinas y pomelos que está relacionada con los climas extremos que vivió la región el año pasado. Por un lado, señalaron que las fuertes heladas y la sequía que golpearon a ambas regiones perjudicaron a las flores de las plantas, por lo que esto terminó impactando en la cosecha de los cítricos del 2020 y la del presente año.
“En este momento la oferta del limón argentino es muy escasa y es el único motivo por el cual el precio ha subido tanto, teniendo en cuenta que se trata de un condimento no de un alimento. Esto suele impactar notablemente en la canasta familiar”, dijo José Carbonell, presidente de Federcitrus.
En el Boletín de Frutas y Hortalizas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca donde se realiza la comparación entre los precios de las principales frutas de la canasta de consumo, señalan que el del limón en las grandes cadenas de supermercados, en diciembre pasado, subió de $110 a $180, mientras que en las verdulerías se incrementó de $70 a $130 en solamente 22 días. Según indican, los factores que intervienen en la formación del precio son la estacionalidad, la concentración de la oferta, atributos de calidad, costos de producción y de intermediación.
Fuera de estación
El limón, como todas las frutas estacionales tiene su período de cosecha que empieza a finales de marzo y termina a mediados de septiembre, por tanto, lo que existe fuera de esa línea de tiempo se lo considera “fuera de temporada” y proviene de una pequeña floración que se produce a lo largo del año. Sin embargo, los productores afirmaron que durante esta campaña tuvieron que exportar menos de lo que tenían previsto porque “no tienen frutas en las plantas”.
Desde la Federación aseguran que el abastecimiento se va a ir normalizando a medida que se aproxime la fecha de cosecha y con eso se van a ir regulando naturalmente los precios en el mercado interno, pero se tendrá que esperar, al menos, hasta mediados de febrero para que los valores vuelvan a restablecerse en los supermercados, verdulerías y ferias.
El limón, como el arándano y la cereza son productos donde más del 90% de la cosecha se destina a la exportación. En el mercado interno solo quedan entre 150.000 y 170.000 toneladas al año. Si bien en el NOA se han llegado a producir casi 2 millones de toneladas, afirman, no hay capacidad en el mercado local para consumir semejante cantidad de frutas.
La actividad ha sabido ganar mercados internacionales en base a la calidad de productos industrializados y a la continuidad de oferta para la exportación de los productos frescos. No obstante, en estos meses se tuvo que recurrir a la importación del limón español para poder abastecer el mercado interno, aunque desde la entidad reguladora aclararon que las cantidades importadas fueron pequeñas. “A nosotros no nos gusta la alternativa de traer limones de otros destinos por razones fitosanitarias y porque hay algunos mercados que alteran los precios de sus exportaciones”, indicó Carbonell. El otro país desde donde se importa el cítrico cuando se escasea es Chile.
Fuente: INFOBAE.