Cómo combatir el mal aliento
Odontólogos explican que las causas pueden ser muchas, desde una mala higiene bucal a problemas gastrointestinales como reflujo y gastritis. También influyen la presencia de sarro y la mala alimentación.
Es común tener halitosis al levantarnos por la mañana por disminución del flujo salival o luego de un prolongado ayuno. Pero en algunas oportunidades puede ser producido por una mala higiene oral o falta de la misma. En el caso de que esto suceda, la placa y los residuos de alimentos quedan entre los dientes, lo que favorece el desarrollo de las bacterias que están presente en la boca, hay mayor placa bacteriana que libera sustancias azufradas y que son las causantes del olor feo.
Las encías son muy vulnerables y en algunas ocasiones pueden inflamarse (generalmente no dan dolor) pero si no se trata, el cuadro puede transformarse en una periodontitis, afectando gravemente a las piezas dentarias. Otro motivo del mal aliento son las prótesis fijas o removibles. En este caso, se evitaría la halitosis en caso de cumplir con la limpieza diaria personal y/o periódica hecha por el odontólogo.
“En muchos casos, el mal aliento pude estar pautado por determinados ingredientes ingeridos o por la falta de higiene bucal”, advirtió en DPA el odontólogo alemán Christoph Sliwowski. La alimentación juega un papel central en este asunto, ya que por lo general la causa del mal aliento está en las bacterias presentes en la boca.
“Cuando las bacterias descomponen restos de comida, se generan compuestos azufrados que tienen un olor desagradable”, explicó el especialista. Si la persona en cuestión no se limpia con frecuencia y profundidad los dientes y la lengua, los depósitos se descomponen aún más. La consecuencia: “Aumenta el olor podrido de los gases sulfurosos”, advirtió.
Otros motivos del mal aliento
- Falta de saliva o boca seca.
- Respiradores bucales.
- Rinitis y rinosinusitis.
- Criptitis (la dilatación de las criptas de las amígdalas, en donde se acumulan detritus celular y restos alimentarios).
- Amigdalitis crónica.
- Reflujo gastroenterológico, gastritis, úlceras u otros desórdenes gastrointestinales.
La clave está en la higiene bucal
Quien quiera combatir realmente el mal aliento debería comenzar por una higiene bucal que vaya más allá de lavarse los dientes todos los días. “El hilo dental, por ejemplo, es esencial. Los productos para limpiarse la lengua también son importantes”, dijo Christoph Benz, presidente de la Cámara de Odontólogos de Alemania.
“Utilizar todos los días un limpiador lingual hace que percibamos mejor los sabores, que tengamos una sensación de mayor frescura en el paladar y que reduzcamos las bacterias de la boca. Entre un 60 y un 80% de las bacterias que generan el mal aliento se encuentran en la lengua”, explicó Benz.
La cantidad de saliva también juega un papel importante. “Si hay poca saliva, porque uno bebe poco o porque tiene la boca seca por algún estado de nerviosismo, el aliento se recrudece”, advirtió.
Los chicles pueden ser de ayuda en esos casos: “Es una buena opción para evitar tener mal aliento, ya que limpian los dientes y al mismo tiempo promueven el flujo de saliva. Solo es importante que sean libres de azúcar”, recomendó.
Si el mal aliento perdura, hay que consultar con un odontólogo
Sliwowski recomendó además realizar enjuagues bucales, pero sin exagerar. “Los enjuagues ayudan a lograr una mejor limpieza y proporcionan un aliento más fresco, pero no deberían ser incorporados a la rutina diaria porque pueden generar desequilibrios en la flora bucal”, argumentó.
“De todos modos, si una persona se limpia los dientes y la lengua todos los días y a pesar de eso tiene la sensación (o la constatación a través de su entorno) de que el mal aliento no se va, debería acudir a su odontólogo para determinar la verdadera causa del problema”, sugirió el especialista.
La parodontitis o los implantes que no estén bien fijos podrían ser otros de los causantes. En algunos pocos casos, también puede deberse a algún trastorno digestivo o del esófago.
Cómo notar el mal aliento en uno mismo
El primer paso para poder combatir el mal aliento es notarlo, y eso suele ser un problema. “Es como con todos los olores crónicos. Uno se acostumbra y ya no los percibe”, reconoció Benz. “Por eso hay muchas personas que ni siquiera saben que tienen un problema con olores desagradables en la cavidad bucal”, explicó.
Si uno tiene la sospecha, puede preguntarle a las personas de su entorno cercano. “Los estudios demuestran que las preguntas sinceras obtienen respuestas sinceras, incluso en el caso de temas tabú, como puede ser el del mal aliento”, reveló.
Una posibilidad para hacer un autochequeo es “colocarse un poco de saliva en la muñeca, en donde uno suele probarse un perfume”, aconsejó Benz. “Dejar secar un momento y luego olerlo. Si huele realmente fuerte y a podrido, el problema está claro”, dijo.
El odontólogo comentó que hay algunas personas que en este sentido tienen una autopercepción exagerada y que creen tener mal aliento aunque no lo tengan. “Nadie debería cometer el error de oler el hilo dental después de haberlo utilizado, ya que nunca tiene buen olor”, advirtió.
Fuente: TN.