“Todos queremos llegar a este cargo importante, ser Suboficial de Unidad”
(Mar del Plata),- El Suboficial Principal Víctor Mario Pralica es el Suboficial de Unidad del patrullero oceánico ARA “Piedrabuena”. Lleva 28 años de servicio en la Armada Argentina y tiene vasta experiencia en la especialidad Máquinas.
Víctor Mario Pralica es oriundo de San Salvador de Jujuy e ingresó a la Armada Argentina en febrero de 1993, motivado por un amigo: “Un día se acercó un amigo para comentarme que iba a completar los formularios para ingresar a la Armada Argentina, me enseñó los papeles y me incentivó para que lo acompañe; juntos íbamos a navegar y hasta dar la vuelta al mundo”, recuerda con entusiasmo.
“Al final ingresé solo, porque mi amigo no aprobó el examen, pero es hasta el día de hoy que recordamos aquel momento y mantenemos una linda amistad”, añora con cariño.
En aquella oportunidad, Víctor vivía con sus padres y sus dos hermanas menores, quienes quedaron sorprendidos con la decisión tomada. “Mis padres no se la esperaban y no entendían por qué quería irme. Me preguntaban si estaba seguro y siempre les dije que quería saber de qué se trataba y vivir esta experiencia”, comenta con orgullo.
Estuvo durante tres años en la Escuela de Suboficiales de la Armada, donde conoció la Institución, las especialidades navales y el compañerismo. “Durante el primer año me gustó la camaradería, no sabía lo que significaba y lo aprendí en la Armada. La amistad que tenemos con mis compañeros de promoción no se vive en ningún otro trabajo”, afirma con seguridad.
Ingresó a la Armada con la intención de ser Infante de Marina a raíz de los afiches de promoción desplegados en la Delegación Naval de su provincia, pero las evaluaciones y un test psicológico lo orientaron hacia los motores y las máquinas.
“La especialidad asignada no me fue difícil porque de joven estuve muy arraigado a los trabajos de mecánica. Donde yo vivía se hacían muchos trabajos a los vehículos del campo y ya estaba familiarizado con los fierros”, expresa.
Ingresó con parte del secundario realizado en el Colegio del Salvador y, más adelante, tuvo la oportunidad de terminarlo, en la Armada. Recordó que el primario lo hizo en la Escuela Bernardo de Monteagudo de Jujuy.
De la Escuela de Suboficiales, Víctor egresó en el 1995 y sus destinos fueron siempre en unidades operativas. Estuvo embarcado en la corbeta ARA “Guerrico”, en el buque oceanográfico ARA “Puerto Deseado” y en el multipropósito ARA “Punta Alta”.
A lo largo de su carrera también recorrió las cubiertas del logístico ARA “Patagonia”, del aviso ARA “Alférez Sobral”, de la corbeta ARA “Rosales” y del buque de instrucción ARA “Luisito” de la Escuela Nacional de Pesca “Comandante Luis Piedra Buena”.
En 28 años de servicio, su único destino en tierra fue en la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA). Durante el tiempo que permaneció en la ESSA revivió mucho de su ingreso, y fue oportuno para transmitir su experiencia y conocimientos de la especialidad a los jóvenes futuros marinos.
Francia: una comisión inesperada para buscar al patrullero
El Suboficial Pralica estaba en la ESSA cuando fue seleccionado para ir a Francia. La noticia le llegó cuando estaba de licencia y luego se lo notificaron al reincorporarse al destino.
“No esperaba esta comisión, realmente me sorprendió y no lo podía creer”, recuerda con emoción. “Me anticiparon la comisión por teléfono y me parecía un sueño; cuando terminé mi licencia y regresé a la escuela me informaron la designación. Fue una alegría porque nunca me había tocado una comisión de estas características”, comentó.
Y agregó: “Mi señora y mi hija siempre me han acompañado en mi profesión y estaban felices cuando les di la noticia. Por otro lado, mis amigos y compañeros estaban muy contentos y me enviaban felicitaciones”.
Además de la satisfacción del viaje al extranjero para traer al nuevo patrullero, fue todo un orgullo para este marino jujeño asumir como Suboficial Encargado de Unidad. También cumple cargo y función en el Departamento Máquinas.
“Siempre se me escapan unos lagrimones –expresa con sinceridad– porque todos queremos llegar a este cargo importante, ser Suboficial de Unidad. Sólo espero estar cumpliendo mi función como corresponde porque es un gran desafío la tarea de conducción del personal: hay que estar cuando nos necesitan, desempeñar las responsabilidades asignadas y que la unidad esté siempre lista a zarpar”, expresó.
Durante el 2020, en plena emergencia sanitaria por la pandemia del virus COVID-19, se alistó a toda la futura tripulación del “Piedrabuena”. “Todos estábamos pendientes del otro porque para muchos fue difícil dejar a la familia; había que levantar el ánimo para afrontar cuatro meses fuera del país”, contó.
Admite que la instrucción y capacitación que recibieron en Concarneau (Francia) fue intensa: “En mi caso, me capacité en todo lo que era el sistema de máquinas de la unidad; por suerte no me resultó muy difícil porque tengo mucha experiencia en el tema”.
El Suboficial de la Armada definió el regreso al país como algo emocionante. “Durante los meses que estuvimos en Francia hicimos una linda amistad con las personas que nos dieron las clases; a su vez, estábamos contentos porque regresábamos a nuestra querida Argentina y a reencontrarnos con los familiares”, expresó. También extrañó el asado argentino, ya que en aquella zona del norte europeo se comen muchos frutos de mar.
El regreso al país fue y será una experiencia inolvidable, asegura. “Nunca imaginé estar en un buque de estas características y, realmente, fue un viaje de trabajo placentero; era un sueño para muchos de los que estábamos a bordo”, recordó.
La familia de Víctor estuvo presente en la Base Naval Mar del Plata cuando arribó el patrullero oceánico al país, su señora Silvana y su hija Victoria de 12 años. “Sentí un orgullo inexplicable cuando regresamos y amarramos en la dársena. Sentimos una cálida recepción de todos los marplatenses y fue impactante la noticia en la ciudad, tuvo mucha trascendencia”.
Personalmente, para el Suboficial Pralica ser Suboficial de Unidad del buque es un sueño cumplido y admite que le gustaría seguir embarcado porque lo disfruta mucho. “Va a ser difícil cuando tengamos que dejar el buque; siempre siento nostalgia cuando me despido de los destinos donde estuve y éste, en especial, va a ser más difícil para todos” manifestó, ya que siempre serán recordados como la primera tripulación del patrullero oceánico ARA “Piedrabuena”.