“La Armada Argentina es mi corazón, lo es todo para mí”
(BUENOS AIRES),- La Suboficial Principal Evangelina Maizares, Licenciada en Enfermería y Técnica en Anestesiología y Reanimación, es parte de la Armada Argentina hace 35 años y se encuentra finalizando su carrera en el mismo destino Naval donde la comenzó, en el Hospital Naval “Cirujano Mayor Dr. Pedro Mallo” (HNPM) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue, hasta hace poco, encargada de los Departamentos de Enfermería y Docencia haciendo frente a la pandemia por el virus Covid-19 y anteriormente, estuvo embarcada y de comisión antártica entre otros destinos de la Armada.
La vida nos pone a prueba todos los días, salimos de lo cotidiano y rompemos los esquemas. Eso le pasó a Evangelina Maizares desde muy joven, quien se embarcó en la hermosa odisea de ingresar a la Armada Argentina gracias a su prima, rememora; y se convirtió en la primera enfermera de la Institución oriunda de El Carmen, Jujuy.
Al comienzo de su vida naval con tan sólo 16 años, Evangelina realizó el Período Selectivo Preliminar en Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires. “Fueron días donde me adapté a la vida militar; a la noche extrañaba mucho a la familia, las comidas y los afectos”, recordó. Superado con éxito ese período, fue seleccionada para el escalafón Enfermería.
Luego de dos años en la que era la Escuela de Enfermería Naval, viajó al “Pedro Mallo” con su promoción para hacer las últimas prácticas y rendir el examen final. “Tuve el honor de recibirme en el Hospital Naval Pedro Mallo, donde ahora estoy terminando mi carrera”, dijo con emoción.
Relató con orgullo cómo fue volver a El Carmen vistiendo el uniforme una vez recibida y en conocimiento de que era la primera mujer en su pueblo en lograrlo: “El orgullo que tengo por el uniforme es enorme; y recuerdo que me cambié en el colectivo camino a casa porque quería entrar a mi ciudad con el uniforme y recorrer así las calles de mi Jujuy”.
A lo largo de estos 35 años de servicio, esta enfermera jujeña pasó por muchos destinos de la sanidad naval que le permitieron adquirir el conocimiento y el profesionalismo que la caracteriza a sus 54 años de edad.
Luego del “Pedro Mallo”, se embarcó a bordo del buque polar ARA “Bahía Paraíso” en la campaña antártica. Más tarde estuvo en el Hospital Naval Puerto Belgrano y la Escuela de Sanidad, hasta su último destino como encargada de los Departamentos de Enfermería y Docencia a enfermeros en el HNPM.
A cargo de más de 500 enfermeros, militares y civiles, su trabajo consistió en organizar la distribución de los servicios de Enfermería y que siempre haya enfermeros trabajando activa y organizadamente en el hospital.
“Fue todo nuevo al principio. Ser encargada de Enfermería, comenzar a hacer guardias de supervisora, recorrer todas las salas, es lindo. Memorizar cada nombre del personal, conocer gente nueva, hacer partes, estar a cargo de Docencia y durante el 2020 realizar gran cantidad de jornadas para prepararnos profesionalmente ante el Covid-19; una gran experiencia”, sintetizó la Suboficial Maizares.
“Mucha gente estaba temerosa, nos sorprendió a todos, y no sabíamos cómo era este virus, cómo nos iba a atacar y si estábamos preparados o no para afrontarlo”, sostuvo Evangelina cuando comenzaron los primeros casos de coronavirus.
La Suboficial Maizares comprendía que todos debían poner el mejor esfuerzo, dar lo mejor, y hacerlo juntos. “La enfermería es una vocación, trabajamos con vocación, y es lo que hay que transmitirle al paciente”.
Su experiencia en el continente blanco: un viaje que la marcaría para siempre
Se encontraba en el “Pedro Mallo” y surgió la posibilidad de anotarse como voluntaria para ir de comisión a la Antártida por varios meses y lo hizo con una amiga, quien la incentivó. “Entre tanta gente salí seleccionada. No lo imaginaba ya que recién me recibía, y comencé con las charlas y cursos preparatorios para el viaje.”.
“La Antártida es una belleza natural inexplicable. Se me caían las lágrimas de pensar en ver a lo lejos las montañas de Jujuy, y estar en la Antártida entre los témpanos y el hielo”, expresó.
“Fue una linda experiencia laboral y personal, donde conocí a mi marido, en el ‘Bahía Paraíso’”. Tuvieron tres hijos y siguen juntos desde entonces.
El corazón en la Armada y el alma en Jujuy
Evangelina contó que tuvo una infancia muy linda y muy familiar en El Carmen. Allí realizó sus primeros estudios en la “Escuela Joaquín Carrillo”.
“Extraño la gente, su calidez; en Jujuy se respira otro aire. Siempre que puedo vuelvo, hace poco regresé y me sentí muy bien, ver otra vez los colores y el paisaje te renueva la energía, y como dice la frase ‘a Jujuy siempre se vuelve’”, sonrió.
“Cuando iba de vacaciones al pueblo en mis licencias, le pedía a mamá que me hiciera empanadas, tamales, y buñuelos”, recordó, “pero si pudiera volver el tiempo atrás, elegiría sin dudarlo otra vez a la Armada Argentina, a pesar de las distancias”.
“Volvería a elegir a la Armada porque lo es todo para mí; es mi corazón”, reforzó y agregó: “La Armada me brindó muchas posibilidades de crecer, nunca me dejó sola y me sentí respaldada. Estoy muy agradecida”.
La Suboficial Maizares terminó el secundario mientras se encontraba en la Armada, luego egresó como Enfermera y más tarde, en la jerarquía de Cabo Principal, se recibió de Licenciada en Enfermería y como Técnica en Anestesiología y Reanimación.
Al hablar de su pase a retiro expresó: “Me propusieron seguir trabajando, pero es hora de dejar el lugar a la gente joven y a quienes he inculcado siempre el valor del trabajo, el respeto por el uniforme, y los símbolos patrios. Mi uniforme siempre va estar listo, siempre que la Armada me necesite”.