Cuáles son los tres grandes mitos sobre el alcohol
El efecto fijador de grasa es uno de ellos. Qué hay de cierto detrás de estas teorías acerca de que las bebidas alcohólicas ayudan a desinhibir a las personas.
La pregunta es: ¿cuáles son los tres grandes mitos que hay con el alcohol? Hay muchos pero hay tres que son muy importantes. Uno, es que el alcohol fija las grasas. En realidad, el alcohol produce cierta alteración en el metabolismo de las grasas, pero el alcohol por cada gramo, tiene 7 calorías.
O sea que un vaso de vino, teniendo en cuenta la cantidad de alcohol puro que hay en ese vaso tiene más o menos unas 100 calorías. Si yo tomo un vaso de vino por día, son 3.000 calorías por mes, si tomo 2, son 6.000 y si tomo 3, son 9.000. O sea, produce calorías.
El otro mito tiene que ver con el estado de ánimo. “Me tomo una copita para estar más chispeante, más animado”. Esto es una verdad a medias. Si una persona toma poco, hasta 1 o 2 copas, puede ser que eso lo libere un poco socialmente. Donde toma un poco de más, hay personas que le viene la tristeza, otros la agresividad, otros se ponen divertidos de forma exagerada, otros se pueden llegar a poner pesados, es un arma de doble filo tomar el alcohol como una especie de psicofármaco para que uno esté más aliviado.
Pero hay otro mito todavía más importante, que es que no hace mal la cantidad de alcohol, sino lo que hace mal es la mezcla.
Tenemos fernet, ron, cerveza, gin, tequila, whisky, vodka con jugo y vino. Usualmente las personas pueden llegar a combinar, dos, tres, a lo sumo cuatro de estas bebidas dependiendo de las preferencias. En nuestro país se consume el fernet, la cerveza, el vino menos, en los lugares de salida pero se consume también.
Vamos a suponer poner todas estas bebidas juntas dentro de un vaso. Esto no cabe duda que esto es mezcla. Esto es una mezcla de bebidas alcohólicas.
Entonces, ¿cuál es la clave? La clave no es que lo que hace mal es la mezcla, sino lo que hace mal es todo lo que uno mezcló. Un recordatorio, el último momento para tomar una copa es cuando uno lo necesita.
Más allá de estos tres mitos, según un estudio publicado por el American Journal of Drug and Alcohol Abuse, el consumo nocivo de alcohol entre los adultos aumenta cuanto más tiempo pasan en casa encerrados. La investigación, revisada por pares y basada en una encuesta de casi 2.000 mayores de 18 años de Estados Unidos, es la primera en resaltar la relación a nivel nacional entre el consumo peligroso de alcohol y el estrés vital desencadenado por la pandemia de COVID-19 y los confinamientos asociados.
Los hallazgos muestran que las probabilidades de consumo excesivo de alcohol entre los bebedores compulsivos (aquellos que, en dos horas, consumieron cinco o más bebidas para los hombres y cuatro o más para las mujeres) aumentaron un 19% adicional por cada semana de encierro. Las probabilidades de una mayor ingesta de alcohol en general para los bebedores compulsivos eran más del doble que las de las personas que no bebían en exceso (60% frente a 28%), especialmente aquellas con depresión o antecedentes de la enfermedad.
Según las respuestas de la encuesta, los investigadores categorizaron a los participantes como bebedores compulsivos, bebedores no compulsivos y no bebedores compulsivos. Entre los factores analizados se encuentran la duración del encierro, la cantidad de adultos o niños con los que vivían, los episodios actuales o anteriores de depresión y el estado laboral relacionado con el encierro, como la disminución del salario.
En promedio, todos los encuestados habían estado encerrados durante cuatro semanas y pasaban 21 horas al día en casa, y la mayoría (72%) no iba a trabajar. En general, casi un tercio (32%) de los participantes informaron beber en exceso durante la pandemia y los bebedores en exceso aumentaron su consumo. Sin embargo, quienes no bebían en exceso consumían aproximadamente la misma cantidad de alcohol que antes del encierro.
Fuente: INFOBAE.