La falta de lluvias amenaza el rendimiento del trigo en zona núcleo: ¿Se podría revertir?
Las reservas de aguas están entre regulares y escasas; esta campaña quedó lejos de alcanzar un promedio de 45 quintales por hectárea.
Agosto está por finalizar y el registro de lluvias que dejó no fue bueno. Hubo precipitaciones débiles y dispersas que no permitieron recargar los perfiles de agua.
De esta manera, la falta de lluvias pone en jaque la campaña de trigo 2021. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario señalaron que se está muy lejos de alcanzar un rendimiento de 45 quintales por hectárea como en la campaña 17/18.
“Las expectativas ahora están puestas en las lluvias de principios de septiembre para que el cultivo no siga perdiendo potencial de rinde”, destaca el informe de la Guía Estratégica para el Agro.
Sin embargo, se espera que para septiembre haya lluvias y tormentas aisladas. “Los modelos no son demasiado optimistas para lo que resta de agosto en cuanto a la presencia de lluvias sobre la franja central del país y las regiones del oeste”, comentó José Luis Aiello, doctor en Ciencias Atmosféricas.
Con este escenario, el trigo ingresará en una etapa más demandante de agua. El 20 % de los lotes se encuentran comenzando la encañazón, destacó el informe.
Desde GEA remarcaron que hay 200.000 hectáreas en estado regular a la espera de lluvias para revertir su condición. “Los pronósticos indican que agosto finalizará sin aportes pluviales. Las expectativas están puestas en las lluvias de principios de septiembre”, señalaron desde la BCR.
Cabe destacar, que en el centro sur de Santa Fe y el sudeste cordobés las reservas de agua están entre regulares y escasas. Para esta región se necesitarían de 20 a 30 milímetros para detener la caída del potencial del rinde.
En lo que respecta al sudeste cordobés, las necesidades ascienden a más de 100 mm para alcanzar buenos niveles de humedad. Hacia el sur provincial y el norte bonaerense las reservas mejoran, señalaron los técnicos.
Maíz 21/22
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario señalaron que la intención de siembra es de 1,7 millones de hectáreas. En este sentido, destacaron que las probabilidades de un evento Niña amenazan la posibilidad de materializar la intención de siembra de maíz en la región núcleo.
A pesar de este escenario, el productor sigue apostando al maíz ya que la soja dejaría un margen bruto ajustado, en particular en campos alquilados. De esta manera, señalan que el techo de rendimiento que tiene la oleaginosa explica la intención de siembra del cereal.
Los técnicos de la BCR explicaron que ante la falta de humedad para la siembra de maíz temprano y la mayor probabilidad de contar con un evento Niña este año, el maíz tardío comienza a tomar protagonismo en las planificaciones.
“La inclinación hacia las siembras más tardías se vería consolidado por la espera de mayores temperaturas de suelo y algún aguacero que garanticen una mejor uniformidad en la emergencia”, concluyeron.
Fuente: Agrofy News.