El extraño fenómeno que tiñó Los Pirineos: “Lluvia de sangre”
Las montañas amanecieron marrones tras el inusual evento. Hacía treinta años que no se observaba una imagen similar.
No es el desierto, son las montañas del Pirineo. Con una postal insólita, amanecieron este sábado, como si del Sahara se tratase. Es que, de hecho, la arena de la famosa región de África es la principal responsable de esta particular imagen, que sorprendió a propios y extraños y que no se vislumbraba, al menos con esta intensidad, desde hacía más de tres décadas.
El fuerte viento proveniente del sur y las fuertes precipitaciones que se dieron en los pasados días viernes y sábados, cubrieron buena parte del sur de España, como lo son las ciudades de Catalunya, Balears, Aragón y Valencia, además de extenderse por Andorra, el sur de Francia y buena parte Suiza. No solamente las montañas se vieron afectadas, sino que también carreteras y vehículos, que quedaron cubiertos de polvo.
En Canarias, España, archipiélago que se encuentra ubicado frente a la costa noroeste de África, la entrada de este polvo suele ser algo habitual, afectando también a todo el litoral mediterráneo y el sur de España. Esto puede derivar en estampas naranjas sin visibilidad durante ratos prolongados de tiempo. De hecho, este mismo mes de febrero ya se había dado una situación similar, aunque en menor escala e intensidad.
Cómo se producen “las lluvias de sangre”
Lo que ocurrió en las montañas del Pirineo se trata de un fenómeno meteorológico denominado como “lluvias de sangre”, que tiene una explicación científica. “El barro viene provocado de la mezcla del polvo que sube del norte de África, en conjunto con las precipitaciones. El polvo es originado por la arena del desierto del Sahara, que ha cruzado el largo de la península ibérica en la primera semana de febrero del 2021″, explicaron, en diálogo con El Diario Vasco de España, meteorólogos de Aemet Aragón.
Para que esto se produzca, es necesario que las lluvias sean muy débiles, casi inapreciables, facilitando que, cuando el agua se evapore, quede el residuo sólido del polvo del desierto de Sahara depositado sobre coches, calles, balcones y, como ocurrió en los nevados montes, nieve.
Continuando con los argumentos científicos, hay que tener en cuenta que las gotas de lluvia no están compuestas únicamente de agua. Para generarse, necesitan a las partículas conocidas como núcleos de condensación, a las que el agua se une para formar la gota. Dichos núcleos, pueden estar formados por sales, materia organica y, también, polvo del Sahara, o de cualquier rincón del mundo, en suspensión.
Fuente: TN.