Docente y prestigioso cardiocirujano, fue reconocido mundialmente por haber desarrollado el by pass coronario. Sin embargo, su legado trasciende este método que revolucionó la cirugía moderna.
René Gerónimo Favaloro nació en La Plata el 12 de julio de 1923. Hijo de un carpintero y de una modista, fue su abuela quien le trasmitió el amor por la naturaleza y sembró semillitas de avidez por el conocimiento. A ella le dedicó su tesis del doctorado: “A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver belleza hasta en una pobre rama seca”. Se entrenó profesionalmente en el Hospital Policlínico, donde se recibían los casos complicados de toda la provincia de Buenos Aires y vivió en el hospital durante los dos años de residencia. Dicen que para aprovechar la experiencia, muchas veces trabajaba durante 48 o 72 horas seguidas.
Apenas recibido, se mudó a Jacinto Aráuz, en La Pampa, para reemplazar de un colega. Se quedó doce años, fundó un centro asistencial, la mortalidad infantil disminuyó hasta casi desaparecer, se redujo la desnutrición y la cantidad de infecciones en los partos, creó un banco de sangre de personas vivas con donantes que se presentaban cada vez que los necesitaban y dio charlas comunitarias en las que enseñaban métodos para prevenir enfermedades. Todo lo hizo junto a su hermano Juan José Favaloro, también médico.
Con ganas de seguir aprendiendo, se interesó en las intervenciones cardiovasculares y en la cirugía torácica. Se capacitó en los Estados Unidos y, en 1962, se radicó en Cleveland. A pesar de sus limitaciones para hablar inglés, se desempeñó como residente y luego se sumó al equipo de cirugía en colaboración con médicos locales, concentrando su trabajo en enfermedades valvulares y congénitas. En 1967 desarrolló una técnica para utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. La estandarización de esta técnica, llamada bypass (derivación) fue el principal trabajo de su carrera, y lo que le dio prestigio internacional, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad. En 1971 volvió al país, a operar al Sanatorio Privado Güemes. Poco después creó la Fundación Favaloro.
En el 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, entidad sin fines de lucro donde se brindan servicios altamente especializados en cardiología, cirugía cardiovascular y trasplante cardíaco, pulmonar, de médula ósea, hepático, renal y cardiopulmonar, además de otras áreas. Favaloro tenía también una posición firme tomada sobre el aborto como un problema de salud pública concreto que afecta a las diferentes capas sociales.
En el 2000, nuestro país estaba sumergido en una crisis económica y política. La Fundación Favaloro pasaba por una difícil situación, como acreedora de grandes deudas del PAMI y otras obras sociales, y endeudada en unos 18 millones de dólares, por lo que Favaloro pidió ayuda al Gobierno argentino, sin recibir una respuesta oficial. El 29 de julio del año 2000, el médico se encerró en el baño de su casa y se disparó un tiro en el corazón. Luego se supo que dejó siete cartas cuyo contenido se reveló parcialmente. En una de ellas, dirigida a las autoridades competentes, dejaba en claro que había decidido quitarse la vida, y explicaba que la crisis económica que atravesaba la Fundación Favaloro había sido el desencadenante de su determinación, expresando que la sociedad argentina necesitaba de su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que estaba envuelta.
Fuente: TN.