Iris Meda se retiró a los 70 años en enero, pero pidió volver a dar clases para ayudar de esa forma en la lucha contra la covid-19
El riesgo estaba ahí: Iris Meda tenía 70 y se había jubilado en enero, justo antes de que la pandemia de coronavirus comenzase a asolar Estados Unidos. Por la exposición a los enfermos, sabía que ella misma podía contraer la enfermedad, y que podía causarle estragos por su edad. Pero el retiro de la enfermera de Texas duró poco. A los dos meses, en marzo, decidió que tenía que regresar a su puesto como profesora de enfermería y seguir formando a sus futuros compañeros para luchar contra el virus. Pero Meda murió infectada en octubre.
Aunque ya no estuviera en primera línea, la hija de la fallecida cree que su madre aceptó a sabiendas el riesgo grave que suponía educar a los futuros enfermeros en plena crisis sanitaria mundial. Una crisis que en EE UU ha matado ya a más de 250.000 personas, entre ellas más de 800 profesionales sanitarios.
La mujer se había licenciado como enfermera en el City College de Nueva York en 1984, había trabajado en una prisión y terminó su carrera como administradora de una clínica de enfermería en Texas. Sus planes para la jubilación incluían viajes con su marido y reencuentros con sus hermanos.
Tras jubilarse, Meda seguía pendiente de la evolución de la pandemia en su país. En especial, en Nueva York, su ciudad adoptiva. “Estaba muy bien informada”, apunta su hija. No dejó pasar mucho tiempo tras su retiro para seguir colaborando como consultora, aunque de manera informal, en su anterior trabajo: daba consejos sobre cómo poner a los estudiantes en cuarentena y vigilar a los que enfermaban.
Le parecía poco y, en abril, solicitó ingresar en un college para dar clases a estudiantes de tercer y cuarto año que estaban interesados en formarse como enfermeros. En agosto, empezó las clases. Mantuvo la distancia con los alumnos, pero el 2 de octubre, según recoge un diario universitario, estuvo en contacto con un estudiante que tosía y estornudaba. Una semana después, Meda supo que el joven había dado positivo y ella misma empezó a mostrar síntomas dos días más tarde. El 17 de octubre ingresó en el hospital.
No sirvió la dosis de remdesivir que se le aplicó para luchar contra la neumonía. La intubaron a final de octubre y el 14 de noviembre murió de una insuficiencia cardíaca. “Espero que los estudiantes se den cuenta de la situación comprometida en la que se están poniendo sus maestros y los reconozcan como héroes”, ha asegurado su hija.
El modo en que el centro educativo donde trabajaba la enfermera comunicó su muerte ha suscitado las críticas de algunos compañeros docentes. En un email donde se daba cuenta del número de estudiantes enfermos se dejaba deslizar, en un párrafo ya avanzado el texto, que una profesora había muerto de coronavirus, sin mencionarla por su nombre.