
(INTA-Informa),- Con la prevalencia de un fenómeno La Niña para lo que resta de la primavera y el inicio del verano, el agua será un bien escaso en la campaña 2020/21. La chance de déficit es mayor sobre Córdoba, Santa Fe y las provincias del Litoral. Desde INTA recomiendan ser eficientes en el uso del recurso y hacer un manejo adaptativo.
La habitual variabilidad climática, con chances de extremos impredecibles, sumado a una campaña regida por el fenómeno La Niña, generó una situación de alto estrés para el recurso agua, imprescindible para la producción y el bienestar de la población. Si bien las lluvias de las últimas semanas de octubre contribuyeron en varias regiones productivas del país, no alcanzaron los valores promedio, especialmente en la zona núcleo.
De acuerdo a los modelos internacionales, durante las últimas semanas se ha intensificado el enfriamiento en el Océano Pacifico Ecuatorial, intensificando la circulación de los vientos alisios en esa región e incrementando sobre nuestra región las chances de lluvias deficitarias en el acumulado estacional.
La última previsión trimestral del Foro Interinstitucional—Servicio Meteorológico Nacional (SMN), prevé que continúen las condiciones deficitarias de lluvias sobre casi todo el país. La perspectiva climática vigente para el trimestre noviembre, diciembre, enero 2021, indica una mayor probabilidad de lluvias por debajo de lo normal en toda la región Pampeana, Cuyo, Chaqueña, Litoral y el noreste de la Patagonia.
Dentro de esta área posiblemente deficitaria en lluvias, la chance de déficit es mayor sobre Córdoba, Santa Fe y las provincias del Litoral. Por el contrario, las zonas con una probabilidad a tener en este período lluvias normales o superiores a las normales se localizan sobre el oeste del NOA y la zona cordillerana de la Patagonia.
“La tendencia marca la probabilidad de que este verano austral esté dominado por la ocurrencia de un evento La Niña”, expresó Roberto De Ruyver, director del Instituto de Clima y Agua del INTA. Este proceso, que ocurre sobre el Océano Pacífico Ecuatorial y tiene influencia diversa sobre muchas regiones del planeta, estadísticamente hablando, sobre nuestro país suele influir reduciendo las lluvias.
“Si bien es cierta esta mayor influencia hacia los déficits, existen eventos La Niña con influencia contraria, pero estos fenómenos de mayor lluvia en años de Niña, son a escala reducida y terminan siendo una excepción”, afirmó De Ruyver.
Un aspecto a tener en cuenta es la situación al inicio de la campaña: Existen campañas que se inician con una condición de humedad en el suelo que amortigua los efectos negativos o de déficit de lluvia que suelen acompañar a los eventos La Niña. “Esa situación no es la que acompaña esta campaña, ya que el verano pasado tuvo lluvias ajustadas a lo necesario”, explicó el director, y agregó que “el otoño y el invierno también fueron deficitarios”.
Dado que la primavera que transitamos, hasta el momento, también es deficitaria, “el inicio de campaña actual de cultivos de verano conlleva falta de humedad y la tendencia de lluvias no prevé recuperar los déficits actuales”, puntualizó De Ruyver.